El conteo de 𝘆𝗲𝗺𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗰𝗮𝗺𝗽𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗲𝗿𝗲𝘇𝗼 𝘆 𝘂𝘃𝗮 es un paso fundamental en la planificación de la cosecha, ya que permite a los productores conocer con antelación el potencial productivo de cada árbol. Esta técnica no solo ayuda a prever la cantidad de fruta que se obtendrá, sino que también permite ajustar la carga de los árboles y viñedos, asegurando un equilibrio entre rendimiento y calidad.
Estos días hemos estado trabajando en la zona de Jumilla, ubicada al noroeste de la provincia de Murcia con el conteo de cereza, donde no es un cultivo predominante, por lo que la correcta gestión de su desarrollo resulta clave para optimizar la producción. También hemos estado contado dardos de uva en la región
de Murcia, que en este caso es la mayor productora de uva de mesa a nivel nacional.


En un contexto de alta competitividad y creciente presión climática, disponer de datos fiables desde el inicio del ciclo de cultivo es clave para minimizar riesgos y mejorar la rentabilidad. La incorporación de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial y el análisis de datos en tiempo real, refuerza la precisión de estas mediciones, proporcionando información clave para que los productores optimicen la cosecha, reduzcan riesgos e impulsen la eficiencia y sostenibilidad de sus explotaciones.
Realizar este tipo de conteos posibilita prever con precisión la cantidad de fruta que se obtendrá, permitiendo a los agricultores tomar decisiones informadas sobre la carga de los árboles.
Además, este análisis temprano ayuda a optimizar el uso de insumos esenciales como el agua y los fertilizantes, evitando un consumo innecesario y garantizando que los recursos se utilicen de manera eficiente.

Disponer de datos fiables desde el inicio del ciclo de cultivo permite a los productores anticiparse a posibles problemas y mejorar su estrategia de gestión. En un sector donde la rentabilidad depende de cada decisión, la agricultura de precisión se convierte en un aliado imprescindible para 𝗺𝗮𝘅𝗶𝗺𝗶𝘇𝗮𝗿 𝗹𝗮 𝗲𝗳𝗶𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝘆 𝗺𝗶𝗻𝗶𝗺𝗶𝘇𝗮𝗿 𝗿𝗶𝗲𝘀𝗴𝗼𝘀.